A principio de esta semana tuvo lugar el tercer evento aclaratorio del caso de las células STAP («El caso de las células STAP: mientras esperamos …«). El Dr. Teruhiko Wakayama, coautor de los polémicos artículos publicados en la revista Nature sobre un nuevo método para crear células madre, células Stimulus-Triggered Acquisition of Pluripotency o STAP (1,2) y encargado de la creación de ratones «quimera» que tenían tanto células del embrión de acogida como células STAP, a raiz de las preguntas surgidas tras la publicación del método analizó genéticamente las líneas de células madre que Haruko Obokata (principal autora de los artículos) produjo mediante el método descrito en los artículos y que eran pruebas previas a la publicación.
Esas líneas de células STAP provenian de la cepa de ratón conocida como 129 y que el propio Wakayama pasó a Obokata para que provase el método en otras cepas diferentes a la utilizadas en los experimentos publicados, la cepa híbrida 129B6F1. El éxito con la línea 129 fue mencionado de pasada en la sección de métodos en el artículo principal, pero los datos de la células STAP derivados de la línea 129 no fueron descritos.
Según los análisis realizados, las líneas celulares STAP analizadas eran genéticamente diferentes a la cepa de ratón 129. Eran son de dos cepas: B6 y 129B6F1. Lo que sembró la duda de una posible contaminación («Nueva discrepancia en las células STAP«). Para verificarlo, wakayama las lineas de las supuestas células STAP al National Institute of Radiological Sciences (NIRS) en Chiba, al este de Tokyo para que también las analizara («El caso de las células STAP: mientras esperamos …«).
El lunes se presentaron los resultados, verificando los análisis de Wakayama, sugiriendo así que las células STAP no sean más que más que las células madre embrionarias normales, posiblemente producto de muestras conmutadas.
El NIRS se fijó en los lugares de los genomas de los ratones donde la proteína fluorescente verde (green fluorescent protein, GFP), proteían que utilizaron los investigadores como marcador de expresión de ciertos genes, se había insertado. En los ratones de Wakayama dio a Obokata, el gen GFP estaba en el cromosoma 18a. Sin embargo en las supuestas células STAP, estaba en el cromosoma 15. Esto sugiere que probablemente utilizaron ratones diferentes.
«En mi laboratorio, no hay ni ratones, ni las células madre embrionarias con las buenas prácticas agrarias en el cromosoma 15,». «No podemos decir con certeza que las células del STAP nunca existieron. Si bien la gestión de los ratones experimentales es muy estricta en el BDC, siempre es posible que Obokata trajese ratones recién nacidos de algún lugar «, dijo a Wakayama a la revista Nature.
Otras pruebas realizadas por RIKEN CDB y publicadas al mismo tiempo ponen aún más en tela de juicio el origen de las células STAP. El CDB miró el lugar de inserción de GFP y los antecedentes genéticos de otras 6 lineas celulares STAP que Oboka había guardado en su laboratorio.
«Los resultados están de acuerdo con los resultados de los análisis de las muestras realizadas por el Prof. Wakayama,» escribió el director CDB, Masatoshi Takeichi en la web del centro.
Takeichi también dice que las células con GFP en el cromosoma 18a son «de origen desconocido» y que el CDB está investigando la fuente de estas células.
Obokata dice a través de su abogado Hideo Miki, que es imposible.
«Ella no cree que podría haber sucedido, no a propósito o por error», dice Miki.
Fuente: Artículo de Nature